Te ofrezco disculpas.

Disculpa personita “diferente” a la que traté con desdén, porque no entendía tu diferencia y solo la repudiaba.

Disculpa persona a la que usé para hacerme ver mejor, porque tu candidez y vulnerabilidad no son herramientas para mi ego.

Disculpa persona de la que me burlé por sus creencias diferentes a la mía, el ambiente en el que estaba me hizo creer que eso estaba bien y era normal.

Disculpa persona a la que mentí para no exponerme, porque mi orgullo y la presión social me hacían sentir inválida.

Disculpa persona a la que hice sentir mal por no saber expresarme, porque nadie realmente te enseña a expresarte y a ser abierto con tus sentimientos.

Disculpa persona víctima de mi falta de regulación de emociones, porque al no poder ser abierta mis sentimientos solo se acumulaban hasta que estallaban.

Disculpa persona a la que desprecié por mi orgullo y presión social, tu belleza estuvo siempre allí… solo no tuvimos la suerte de crecer en una época en la que fuera valorada.

Disculpa persona cuya historia nunca escuché, porque mi mente trabajaba a mil por hora y me encontraba en una época de egoísmo y egocentrismo.

Disculpa persona que me dedicó su tiempo y yo nunca aprecié, porque no eras solo algo que pudiese desechar y que no tuviera valor. Disculpen todos… No sabía lo que sé hoy, no sentía lo que siento hoy y no tenía la evolución que tengo hoy.